Análisis. JP Morgan: enemigo común

A diferencia del Holocausto, el genocidio palestino tiene una visibilidad cuyos perpetradores no pueden -ni se preocupan por- ocultar. A lo sumo, la acción mediática puede desviar la atención por unos días, como ocurrió con el episodio entre Irán e Israel las últimas semanas de junio. Pero la visibilidad es tal que, gracias a Tik Tok, un Tren Roca repleto atestigua cómo una extenuada vendedora de lapiceras de unos 60 años, al inicio de lo que será una jornada de 12 horas, puede hacerle entender a un docente que está yendo a dar clases, que en otros lugares "están peor" y "se mueren por bombas".

En esta nota te mostramos cómo el banco de inversión JP Morgan, tapa de los diarios de esta semana por lanzar un informe sobre "posibles riesgos" a los bonistas en Argentina, se las ingenia para ganar en cada territorio de una guerra que es global.


El mismo hilo

Detrás de la guerra están los Fondos Comunes (FCI) y bancos de inversión. Su influencia en la política proviene del poder que les confiere administrar el dinero, gestionar activos que colocan en bonos soberanos (deudas de Estados) y acciones de empresas. El JP Morgan es el banco más grande del mundo haciendo eso.

En Israel, es accionista de la empresa Elbit Systems, que junto a TAT Technologies, y NextVision Stabilized Systemas, incrementaron su valor a partir de la guerra en Gaza. La primera obtuvo al 22 de junio una capitalización bursátil de 20,3 mil millones de dólares. Sus ganancias brutas sumaron ¡107 millones de dólares! en tres meses, entre enero y marzo de este año. Unos 120 mil millones de pesos argentinos.

Pero JP Morgan es también accionista de Microsoft, junto con otros FCI como Blackrock, Templeton y Vanguard. La empresa echó a 7000 trabajadores en mayo y la semana reemplazó a 9000 más por IA. ¿Dónde ponen a prueba la IA? Microsoft -junto con Amazon y Google- fue citada en un informe de la ONU por mantener su mayor centro de investigación y desarrollo fuera de EEUU en territorio palestino ocupado, con tecnología integrada en el sistema penitenciario, militar, universidades y escuelas, hasta en asentamientos ilegales.

Puerto Madero

En Argentina el JP Morgan remonta su historia al financiamiento de ferrocarriles en 1880. Desde 1984 inauguró JP Morgan Argentina S.A y tiene su sede en Puerto Madero. Como venimos mostrando en este medio, es uno de los tantos capitales asentados en Manhattan (New York) que, junto con fracciones de capital local, apostaron al negocio del carry trade: con un dólar que se mantiene barato, invertir en bonos en pesos ajustables por una inflación mayor y, antes que aumente su precio, vuelven a los dólares.

Leé Análisis. Las estafas: ponzi, carry trade y FMI

El 27 de junio el banco emitió dos informes. En el primero celebraba el crecimiento del 5,3% del PBI real previsto para el año, con superávits fiscales y un mercado interno "vibrante". En el segundo, revelaba que habían cerrado su posición con una ganancia del 10,4% (¡en dólares!) en tan solo 73 días y recomendaba a "otros lectores" una pausa operativa ante "posibles riesgos".

Así, en forma de dólares, fluyen a estos FCI y bancos globales los excedentes de nuestro territorio, y ese es el sentido último del FMI: poner el dinero para sujetar al endeudado -nosotros- y garantizar que cobren los bancos.


De este modo, JP Morgan aparece como un enemigo común de los pueblos en su lucha por la soberanía, en cada uno de los hemisferios. Sus ganancias en industria armamentística, en empresas tecnológicas, y en bonos del Estado argentino sólo pueden ser a costa de exprimir y apropiarse el esfuerzo y la vida de palestinos, argentinos, y demás trabajadores del mundo.

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